Tejiendo experiencias

Me resulta imposible luego de las lecturas sugeridas no traer a escena mi investigación; buscando comprender de qué maneras las experiencias escolares de los y las estudiantes de la escuela PROA se relacionan con las apropiaciones tecnológicas, y cómo a su vez estas apropiaciones retroalimentan las experiencias, esta investigación cruzará seguramente por las discusiones en torno a nativos/migrantes digitales y brecha generacional. Las categorías son, a mi parecer, lentes que en vez de ampliar la visión sobre los fenómenos sociales la recortan. En este marco, pensar que los y las estudiantes solo por haber nacido en los 2000 tienen habilidades tecnológicas que les permitirán interactuar con las mismas de manera crítica y creativa es reducir la realidad solo a un aspecto: la edad. Tal como Julieth Castro indica en su  tesis , los autores que posicionan la edad como factor clave para la apropiación de tecnologías digitales son deterministas y reduccionistas. Y ahora, volviendo a mi i

Si leyéramos solo el título podríamos pensar que algún animal del ganado de escapó, que la cosecha se echó a perder por algún temporal o alguna de esas cosas. Sin embargo, en este momento la palabra campo toma otro significado relacionado con la etapa de la investigación en la cual recolectamos datos o informaciones. A mi particularmente no me gusta hablar de datos porque considero que suena algo frío y positivista, prefiero hablar de eso como el momento en el recojo sus narrativas a través de cuestionarios, relatos y preguntas y con ellas, colaborativamente con ustedes reconstruyo sus experiencias de vida. En este momento estamos en esa etapa, y cuando hablo de ansiedad es porque como investigadora se que tengo tiempos calendarios por cumplir y que necesito que esos relatos y esas preguntas estén en cierto tiempo. Ustedes por su cuenta no necesitan entregar esto a tiempo, y si muchas tareas y cosas de la escuela. Por eso es sumamente difícil de transmitirles a ustedes cuanta importan

Hacer una investigación podría parecerse a cocinar. Uno sabe lo que quiere desde antes de comenzar, y prepara sobre la mesa todos sus ingredientes. Se percata de que otros sabores y olores no invadan los utensilios que vamos a usar, que no se nos termine el gas justo en plena cocción. Por supuesto que cuando pone manos a la obra para crear alguna delicia espera que el olor, el gusto y su imagen cumplan con todas las expectativas puestas. Bueno, en una investigación pasa más o menos lo mismo. Hay siempre un objetivo bien claro, o por lo menos una guía de aquello que queremos encontrar al final de camino, y para ello preparamos una caja inmensa de teorías y herramientas metodológicas que nos ayudarán a lograrlo. En este caso yo quiero comprender, junto a ustedes, cómo se relacionan sus experiencias de vida con la apropiación de las tecnologías digitales.  Experiencia: resumimos diciendo que son todas las cosas que les pasan. Todo. Son las prácticas, acontecimientos, vivencias, todo

Empezar algo siempre es raro, pero empezar algo en un lugar súper familiar como lo es Proa para mì es aún más inquietante. Hacía desde diciembre que ni iba a la escuela, sabía de los cambios y reformas edilicias, de estudiantes nuevxs y otrxs que ya no estaban, en fin, en la era digital ¿qué no se sabe? Sin embargo, embarcarme en un nuevo proyecto (ni más ni menos que dos tesis) siempre tiene su cuota de intriga e incertidumbre. Esa mañana del 29 de julio tomé el colectivo Calera-Rumy y me bajé en la parada de siempre, lo único alarmante fue el aumento desmedido del boleto, pero eso es otro asunto.En el camino a la escuela me detuve dos segundos a mirar la plaza, nuestra aula, y recordar algunas de las clases compartidas allí. La mañana estaba algo fría y se sentía el olor a leña de las salamandras cercanas. ¡Tenemos cartel! exclamé al pararme frente al portón, un cartel modesto pero que nos identifica, a nosotros y a la comunidad del PIT. Desde la ventana se escucha el grito de u